Micenas, Grecia

Conoce las construcciones más remotas del pueblo griego en las legendarias Ruinas de la antigua Micenas

Micenas, Grecia
© Edoardo Forneris

La ciudad de Micenas cuenta con un intrínseco carácter histórico desde su levantamiento, ya que fue el hogar del primer pueblo griego, el pueblo micénico. Así pues, su primer asentamiento, las Ruinas de Micenas, se sitúan en el noreste de la península del Peloponeso, exactamente a 90 kilómetros de Atenas.

Micenas, Peloponeso
© Edoardo Forneris

Puerta de los Leones, Micenas
© Edoardo Forneris

Vistas desde Micenas, Grecia
© Edoardo Forneris

A tu llegada al lugar, lo que más llamará tu atención será la grandiosa muralla que rodeaba y protegía la ciudad. Los muros inquebrantables del fuerte, de una altura de 13 metros de alto y 7 de espesor, son conocidos como ciclópeo, puesto que en tiempos pasados se contaba que habían sido fruto del trabajo de los Cíclopes, los legendarios gigantes de un solo ojo. En su interior, se encontraban la residencia real y, el resto de ciudadanos, solo tenían derecho a utilizarla en caso de ataque.

Antes de adentrarte en las Ruinas de Micenas ya podrás empezar a disfrutar de sus tesoros. De este modo, a la derecha de la entrada verás un cementerio circular datado en el siglo XVI a.C., donde se han hallado preciosas joyas y espectaculares máscaras funerarias de la época.

En tu recorrido, no pierdas de vista la muralla, ya que esconde numerosos detalles . El más simbólico de todos es la Puerta de los Leones, que recibe su nombre por las dos dominantes leonas esculpidas en piedra que la flanquean a cada lado, aunque no conservan la cabeza. Esto se debe a que las esculturas fueron decapitadas cuando la ciudad fue conquistada, simbolizando el fin del poder micénico.

Cuando llegues al punto más céntrico de la fortificación, en lo alto de la colina, aparte de maravillarte con las espléndidas vistas panorámicas del yacimiento, hallarás los restos que todavía se conservan del Palacio de Agamenón. La parte más histórico e importante de este palacio es el megaron, un habitáculo abierto con dos grandes comunas que tenía las funciones de un salón donde los soberanos recibían a sus huéspedes.

Además de estos emplazamientos singulares, en tu visita podrás encontrar un gran aljibe que suministraba agua a toda la ciudad y varios Tholoi micénicos, esculturas de sepultura entre las que destaca la de Schliemann, conocida como “Tesoro de Atreo”.

Mapa Interactivo: